Esta pulsera combina la energía ancestral de la turquesa, piedra de protección y buena fortuna, con la serenidad del larimar, cristal del mar y la calma. La turquesa potencia la comunicación y la confianza, mientras que el larimar disuelve el estrés, equilibra las emociones y conecta con la paz interior. Juntas crean un amuleto de armonía, protección y bienestar, ideal para quienes buscan belleza y espiritualidad en una joya exclusiva.