Este elfo mágico está vinculado a la protección, la inocencia y la pureza de los más pequeños. Su energía actúa como un guardián espiritual que aleja miedos, pesadillas y malas vibras, creando un ambiente seguro y lleno de calma. Colocado en la habitación infantil, aporta serenidad, alegría y cuidado amoroso, convirtiéndose en un compañero invisible que vela por el bienestar de los niños.