Las fuentes de Buda son mucho más que un elemento decorativo: combinan la serenidad del agua en movimiento con la energía espiritual del Buda, creando un espacio de calma, paz y meditación. El fluir constante del agua purifica las energías, atrae prosperidad y favorece la armonía en el hogar o lugar de trabajo. Colocarla en un rincón especial ayuda a equilibrar el ambiente, potenciar la relajación y abrir los caminos a la abundancia y la tranquilidad interior.